domingo, 10 de julio de 2011

LAS ARTES MARCIALES, UN CAMINO PARA LA VIDA.


         Las Artes Marciales y el pensamiento oriental han despertado un interés en las últimas décadas, debido no solo a la necesidad de auto defenderse ante la violencia reinante en las grandes ciudades, sino por una causa mucho más importante: la necesidad imperiosa del hombre de hoy de encontrar respuesta  a los grandes enigmas de su existencia. Frente a un mundo de eterna dualidad, el  hombre occidental mira hacia Asia en espera de una respuesta que satisfaga su sed, no solo de conocimiento real, sino de calma y de serenidad interior, ese extraño estado que aparentemente sigue siendo patrimonio de los grandes sabios de Oriente.  
                                                    “BUDO SECRETO"   
                                                                                                                     
   EL BUDO  COMO  CAMINO.

BUDO significa: “El camino Marcial”. 
BUSHIDO: “El Camino del Guerrero”.
                                                       
La imagen del guerrero inmerso en el combate espada en mano, con la violencia, la muerte y la destrucción como compañeras de campañas, es  una imagen que todos sistemáticamente rechazamos por crueles ante nuestros  ojos.
Afortunadamente aquella época  pasó a la historia y la conocemos a través de los libros.
 Pero existe una guerra que no pasa. Existe una lucha diaria por la supervivencia, por sobreponernos a las exigencias que nosotros nos imponemos dentro de la sociedad que hemos creado y en la que  vivimos.
El afán de triunfo, el ser más que los demás, y el ansia  de gloria, nos lleva continuamente a olvidarnos de nosotros mismos, y  de lo más importante: VIVIR.
Todos miramos hacia nuestro interior alguna vez y hemos pensado:  “ esta lucha encarnizada, ¿ para conseguir qué?
Todos llevamos dentro un guerrero que quiere luchar por la paz, sobre todo por  una  paz  interior  que  nos  permita  VIVIR.
          GUERRA,  PAZ,  VIDA.  BUDO,  BUSHIDO.
El  Arte  Marcial es el sistema de autodefensa más antiguo que existe. El ser humano ha intentado por todos los medios sobrevivir a las agresiones de otros seres humanos ávidos de poseer lo que con tanto esfuerzo ha conseguido.  El Arte Marcial ha convivido estrechamente ligado a su vida, al igual que las creencias religiosas, y aún más, su propia filosofía de vida.
Las  Artes Marciales tuvieron sus orígenes en la India. Esta forma de autodefensa fue extendiéndose hacia Oriente, China, Corea, Japón, acompañadas  e influenciadas por las creencias religiosas de cada zona o país en el que se establecía.
A lo largo de los tiempos y a pesar de tantas vicisitudes, el hombre ha ido elaborando su propio “medio de vida”, su estrategia para con él  y su entorno, y así crea un código de moral y conducta ética que le abre un camino a su espiritualidad.
El Budismo, el Taoísmo, el Sintoísmo, el Zen,  no son religiones sino  formas de pensamiento. La búsqueda interior del ser humano ha sido, en el fondo, el motor principal  de búsqueda de estos pueblos  orientales.
Al final, todos somos guerreros en lucha por lo que consideramos la VIDA.
El concepto general que hoy en día se tiene de las Artes Marciales se aparta considerablemente  de la realidad. El cine, la televisión y algunos  medios de difusión son  responsables de la  idea deformada  que tenemos  de este Arte.
El mundo está ocultando bajo un manto de ignorancia las sublimes tradiciones de las Artes Marciales. Las diferentes modalidades deportivas a partir del auténtico Budo, no hacen más que (en algunos casos) abrir caminos de violencia, apartando al practicante del sendero de la auténtica vida, de la felicidad y del camino de la paz.
El Budo nos abre pues, ese camino amplio y luminoso que todo hombre busca en el fondo de su corazón.
En Budo todos somos hijos del mismo padre y de la misma madre: La vida y la verdad.
El Budo es el camino para “encontrarte a ti mismo”.

“No es mejor luchador el que más golpes da, sino el que menos golpes necesita”

¿Cuál es la principal diferencia entre  el arte marcial y los deportes de contacto?
          En primer lugar el arte marcial no es un sistema agresivo. El artista marcial tiene siempre en mente que “la mejor manera de ganar una pelea es evitándola”. Hay quien considera que evitar o eludir una pelea es signo de cobardía, pero un artista marcial sostendrá siempre la actitud de que un enfrentamiento nunca conduce a solucionar los problemas, sino a agravarlos por otro lado.
En una pelea siempre uno de los dos saldrá perjudicado físicamente y ambos o todos los contendientes terminaran perjudicados moralmente. ¿Era necesario llegar a esto? ¿He conseguido algo? ¿Que importancia tienen unas palabras más o menos?
La pregunta que surge a raíz de estos razonamientos  es la siguiente: Si soy capaz de evitar el enfrentamiento ¿para que entrenar un sistema de autodefensa?
La respuesta es también muy simple: para adquirir la capacidad de no pelear.

En los deportes de competición, los contendientes son dos, en artes marciales no hay número.
En los deportes de contacto el tiempo del combate está limitado por las reglas. En el arte marcial no hay tiempo límite ni reglas.
En los deportes  los contendientes buscan ganar puntos para obtener un título. El artista marcial lucha  para solucionar un problema.
El deportista entrena unas horas al día para ser más potente que su contrincante. El artista marcial entrena cada instante de cada día de su vida para ser mejor que él mismo.
¿Está el arte marcial por encima de los deportes de contacto?
Tanto una como otra actividad requiere un esfuerzo físico y mental considerable,  una constancia fuera de toda duda y una gran disciplina. Todo esto conducirá  a ambos practicantes a una forja de su personalidad.
Lo más importante  es  que cada uno elija su camino y sepa andarlo con honradez, sinceridad y valentía.

                                               Alfonso Guerrero.
Shidoshi  Bujinkan Dojo.

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